lunes, 9 de junio de 2008

La dinastía Xin (9 - 23 d.C.): El gobierno de Wang Mang

Durante este periodo de desórdenes, un ministro ambicioso, Wang Mang, envenenó al emperador Pingdi, aún niño y para el que había estado actuando como regente, estableciendo la efímera dinastía Xin. Wang Mang intentó revitalizar el gobierno imperial y mitigar la situación de los campesinos. Actuó contra los grandes estados exentos de impuestos al nacionalizar toda la tierra y redistribuirla entre los verdaderos cultivadores; se abolió la esclavitud, se reforzaron los monopolios imperiales sobre la sal, el hierro y la acuñación de moneda y se crearon otros nuevos. El Estado fijaba los precios para proteger a los campesinos de los comerciantes sin escrúpulos y proporcionó préstamos a bajo interés a los que necesitaban capital para comenzar empresas productivas. La resistencia de las poderosas clases propietarias de la tierra fue tan dura que Wang Mang fue obligado a revocar su legislación sobre la tierra. La crisis agraria se intensificó y la situación empeoró con la ruptura de los grandes sistemas de control del agua del norte de China, que habían sido descuidados por un gobierno debilitado fiscalmente. En el norte estalló una rebelión campesina a gran escala bajo el protagonismo de un grupo conocido como ‘Cejas Rojas’. Muy pronto las grandes familias terratenientes se unieron a ellos y al final consiguieron matar a Wang Mang y reinstaurar la dinastía Han.